viernes, 7 de septiembre de 2007

CARLOS PELLICER



NOCTURNO


No tengo tiempo de mirar las cosas
como yo lo deseo.
Se me escurren sobre la mirada,
y todo lo que veo
son esquinas profundas rotuladas con radio,
donde leo la ciudad para no perder el tiempo.
Esta obligada prisa que inexorablemente
quiere entregarme el mundo con un dato pequeño.
Este ,mirar urgente y esta voz en sonrisa
para un joven que sabe morir en cada sueño.
No tengo tiempo de mirar las cosas,
casi las adivino.
Una sabidurìa ingenita y celosa
me da miradas previas repentinos trinos.
Vivo en doradas màrgenes; ignoro el central gozo
de las cosas. Desdoblo siglos de oro en mi ser.
Y acelerando rachas -quilla o ala de oro-,
repongo el dulce tiempo que nunca he de tener.

No hay comentarios: