martes, 25 de septiembre de 2007

GERMAN PRADO GARCIA





ÀRBOL HUMANO


Hablo de una presencia desolada.
De una raìz con su sabor de suelo.
De una hoja en sus àmbitos de cielo,
viva de luz, de claridad, de nada.


De un àrbol corazòn, vida encarnada
y ansiedad a los trànsitos del vuelo.
De un corazòn alzado hacia el desvelo
y agònico de sombra iluminada.


Hablo de una presencia desasida.
De una muerte en la luz y de una vida
plena de abismo y de estupor profundo.


De una fuerza en sus òrbitas muriendo.
De un àrbol corazòn que està vìviendo
de la entraña recondita del mundo.






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