lunes, 1 de octubre de 2007

RODOLFO MORALES




LAS MANOS


De pronto me despertè a media noche muy sobresaltado.
Sin saber por què, busquè mis manos con la mirada: ¡brillaban como si fueran un foco! Como si estuvieran encendidas por dentro...
-¡Ay!- gritè- , ¡Pero si parecen làmparas mis manos!
De pronto entendì por què decìan algunos grandes que uno podìa ver su vida en la palma de la mano: mi vida era luz, sòlo luz en medio de la oscuridad.
-Gracias por la luz - dije con la voz muy bajita.
Al poco rato me volvì a dormir.
Soñe con el sol toda la noche.

Alberto Blanco


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