domingo, 28 de octubre de 2007


LAS MANOS


De pronto me despertè a media noche
sobresaltado. Sin saber por què, busquè
mis manos con la mirada: ¡Brillaban como si fuera un foco! Como si estuvieran encendidas por dentro...
-¡Ay!- gritè-,¡Pero si parecen lamparas mis manos!
De pronto entendì por què decìan algunos
grandes que uno podìa ver su vida en la palma de la mano: mi vida era luz, sòlo luz en medio
de la oscuridad.
-Gracias por la luz- dije con la voz muy bajita.
A poco rato me volvì a dormir.
Soñe con el sol toda la noche.

ALBERTO BLANCO.











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