lunes, 2 de junio de 2008

Se miente más de la cuenta
por falta de fantasía:
también la verdad se inventa.

Antonio Machado.










JOAQUÍN SOROLLA:
(Valencia 1863, Madrid 1923)


El impresionsimo en España fue interpretado de una forma muy personal; y Joaquín Sorolla fue uno de sus representantes, aunque en España se le llamó luminismo al ser la luz la protagonista principal.
Siempre le interesó la pintura al aire libre, tratando de captar la luminosidad del Mediterraneo.
Se le considera también un pintor costumbrista, sus modelos fueron los humildes pescadores que vivían junto al mar.
Fue un pintor original que rompió con las formas de pintar de su tiempo y aunque coincide con los impresionistas, su obra tiene un sello muy personal, por lo que los especialistas aún discuten si pertenece a esa corriente pictórica.



ANTONIO MACHADO 1875-1939


Nace en Sevilla y a los doce años se va con sus padres a vivir a Madrid.
A los veinticuatro años se va Paris, y conoce a gente como : Oscar Wilde, Anatole France y Rubén Darío.
A su regreso a España hace un recorrido por varias ciudades españolas. Perteneció al movimiento literario conocido como la generación de 98.
En Madrid conoció a: Unamuno,Valle Inclán y Juan Ramón Jiménez.
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
En 1939 muere en el pueblo frances de Calliure.
Dejo a ustedes algunas reflexiones sobre su obra, hechas por el mismo autor:

"Mi costumbre de no volver nunca sobre lo hecho y de no leer nada de cuanto escribo, una vez dado a la imprenta, ha sido la causa en esta ocasión de no poco embarazo para mí. El presentar un tomo de Páginas escogidas me obligó no sólo a releer, sino a elegir, lo que supone juzgar. ¡Triste labor! Porque un poeta, aunque desbarre, mientras produce sus rimas está siempre de acuerdo consigo mismo; pero, pasados los años, el hombre que juzga la propia obra dista mucho del que la produjo, Y puede ser injusto para consigo mismo: si, por amor de padre con exceso indulgente, también a veces ingrato por olvido, pues la página escrita nunca recuerda todo lo que se ha intentado, sino lo poco que se ha conseguido.
Si un libro nuestro fuera una sombra de nosotros mismos sería bastante; porque francamente es mucho menos: la ceniza de un fuego que se ha apagado y que tal vez no ha de encenderse más.(...)
Es muy frecuente -casi la regla-que el poeta eche a perder su obra al corregirla. La explicación es facíl: se crea por intuición; se corrige por juicios, por relaciones entre conceptos. Los conceptos son de todos y se nos imponen desde afuera en el leguaje aprendido; las intuiciones son siempre nuestras. (...)
El poeta debe escuchar con respeto la crítica ajena, porque el libro lanzado a la publicidad ya no le pertenece. El lo entregó al jucio de los hombres, sin que nadie le obligase a ello.(...)
Como valor absoluto, bien poco tendra mi obra si alguno tiene; pero creo -y en eso estriba su valor relativo- haber contribuido con ella, y al par de otros poetas de mi promoción, a la poda de ramas superfluas en el árbol de la lírica española, y haber trabajado con sincero amor para futuras y más robustas primaveras.

20 de abril 1927


















No hay comentarios: