jueves, 17 de mayo de 2007
Alfonso Reyes
El 17 de mayo de 1889, nace Alfonso Reyes en Monterrey N.L.
Narrador, poeta,editor y traductor, fue diplomàtico,investigador y catedràtico. Su obra epistolar es una de las màs abundates e interesantes de la literatura mexicana.
Que mejor manera de recordarlo que repasar unos fragmentos de:
"Visiòn de Anàhuac" una de sus obras màs representativas.
"La mazorca de Ceres y el plàtano paradisìaco, las pulpas frutales llenas de una miel desconocida; pero, sobre todo, las plantas tìpicas: la biznaga mexicana- imagen del tìmido puerco espìn-, el maguey (del cual se nos dice que sorbe sus jugos de la roca), el maguey que se abre a flor de tierra, lanzando a los aires su plumero; los "òrganos" paralelos, unidos como las cañas de la flauta y ùtiles para señalar la linde; los discos del nopal- semejanza del candelabro-, conjugados en una superposiciòn necesaria, grata a los ojos; todo ello nos parece como una flora emblemàtica,y todo como concebido para blasonar un escudo. En los agudos contornos de la estampa, fruto y hoja, tallo y raìz, son caras abstractas, sin color que turbe su nitidez.
Esas plantas protegidas de pùas nos anuncian que aquella naturaleza no es, como la del sur o las costas, abundante en jugos y vahos nutririvos.
La tierra de Anáhuac apenas reviste feracidad a la vecindad de los lagos. Pero, a travès de los siglos, el hombre conseguirà desecar sus aguas, trabajando como castor; y los colonos devastaràn los bosques que rodean la morada humana, devolviendo al valle su caràcter propio y terrible:- En la tierra salitrosa y hostil, destacadas profundamente, erizan sus garfios la garras vegetales, defendièndose de la seca. [...]
Nuestra naturaleza tiene dos aspectos opuestos. Uno, la cantada selva virgen de Amèrica, apenas merece describirse. Tema obligado de admiraciòn en el Viejo Mundo, ella inspira los entusiasmos verbales de Chateaubriand. Horno genitor donde las energìas parecen gastarse con abandonada generosidad, donde nuestro ànimo naufraga en emanaciones embriagadoras ,es exaltaciòn de la vida a la vez que imagen de la anarquìa vital: los chorros de verdura por las rampas de la montaña; los nudos ciegos de las lianas; toldos de platanares; sombra engañadora de àrboles que adormecen y roban las fuerzas del pensar; bochornosa vegetaciòn; largo y volupuroso tropor, al zumbido de los insectos.¡Los gritos de los papagayos, el trueno de las cascadas, los ojos de las fieras[..]En estos derroches de fuego y sueño- poesìa y hamaca y de abanico- nos superan seguramente otras regiones meridionales".
Fotografìa de Juan Rulfo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario