PRESENCIA Y FUGA
Tu destrucciòn se gesta en la codicia
de esta sed, toda tacto, asoladora,
que deshecha, no viva, te atesora
en el nimio caudal de la noticia.
Te miro ya morir en la caricia
de tu ecos; en esa ardiente flora
que, nacida en tu ausencia, la devora
para mentir la luz de tu delicia.
Pues no eres tu fluente, a ti anudada.
Es belleza, no màs, desgobernada
que en ti porque la asumes se consuma.
Es tu muerte, no màs, que se adelanta,
que al habitar tu huella te suplanta
con audaces resumenes de espuma.
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