viernes, 12 de septiembre de 2008
LA CASA VACÍA
Yo recuerdo una casa que he dejado.
Ahora está vacía.
Las cortinas se mecen con el viento,
golpean las maderas tercamente contra los muros viejos.
En el jardín, donde la hierba empieza
a derramar su imperio,
en las salas de muebles enfundados,
en espejos desiertos
camina, se desliza la soledad calzada
de silencioso y blando terciopelo.
Aquí donde su pie marca la huella,
en este, corredor profundo y apagado
crecía una muchacha, levantaba
su cuerpo de ciprés esbelto y triste.
(A su espalda crecían sus dos trenzas
igual que dos gemelos ángeles de la guarda.
Sus manos nunca hicieron otra cosa
más que cerrar ventanas.)
Adolescencia gris con vocación de sombra,
con destino de muerte:
las escaleras duermen, se derrumba
la casa que no supo detenerte.
Poema: Rosario Castellanos.
Imagen: Amadeo Modigliani.
P&I
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