miércoles, 11 de noviembre de 2009










¡Calmate, corazón mío; que sea dulce el instante del adios!
¡Qué no sea esto un morir, sino un completarse. Que el amor
se deshaga en el recuerdo y se vaya en canciones el dolor.
Que este volar por los cielos una al fin sus alas en el nido.
Que la caricia postrera de tus manos sea suave,como una flor
de noche.

¡Y tú, belleza que te vas, detente un momento y di tus
últimas palabras en silencio, que yo me inclino ante ti
y alzó mi lámpara para alumbrarte en tu camino!.














P&I

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