miércoles, 3 de diciembre de 2008













EL ENEMIGO


Mi juventud no fue más que una tenebrosa
borrasca atravesada por deslumbrantes soles;
la lluvia y las centellas hicieron tal estrago
en mi huerto, que apenas tiene frutos bermejos.

Ya he llegado al otoño fatal de las ideas,
y es preciso emplear la pala y los rastrillos
trabajando de nuevo las tierras inundadas
donde se abrieron hoyos vastos como sepulcros.

Quien sabe si las nuevas flores con que yo sueño,
en el suelo encharcado encontrarán el místico
alimento que nutra su firme lozanía.

¡Oh dolor, oh dolor! el tiempo come vida
y el sombrío enemigo que el corazón nos roe
crece fuerte, bebiendo la sangre que perdimos.












Poema: Charles Baudelaire

Imagen: Toulouse Lautrec.











P&I

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