domingo, 7 de diciembre de 2008













LA BELLEZA



Hermosa soy, mortales, como un sueño de piedra
y mi seno en que todos, por turno, se han herido,
creòse con el fin de inspirar al poeta
un amor mudo, eterno, igual que la materia.

Yo reino en el azul, esfige incomprendida.
A un corazòn de nieve uno el blancor de cisne;
detesto el movimiento que desplaza las lineas,
y no lloro jamàs, y nunca jamàs rìo.

Los poetas al ver mis nobles actitudes
que semejan la copia de airosos monumentos,
consumiràn sus dìas en austeros estudios,

pues para fascinar tan dòciles amantes
tengo, puros espejos que todo lo hermosean,
mis ojos, ¡grandes ojos de eternas claridades!










Poema: Charles Baudelaire.

Imagen: Toulouse Lautrec.











P&I

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