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Quienes pueden herir y no lo hacen,
y el acto que aparentan no ejecutan,
quienes, pétreos, conmueven a los otros
mas son fríos, serenos e impasibles,
bien emplean las dádivas del cielo,
no derrochan los bienes de Natura,
son dueños y señores de sus rostros,
los otros, meros siervos de sus dones;
la flor es la dulzura del estío
aunque ella viva y muera sin saberlo,
mas apenas la flor se contamina
la maleza más vil es más airosa.
Pues se torna más rancio lo más dice:
nada hiede peor que el lirio enfermo.
William Shakespeare.
P&I
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