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Ya te inculpan por joven y ligero,
ya te elogian por joven y por grácil,
mas tus gracias y culpas son amadas,
pues las culpas en gracias trasformaste.
El anillo más vil es elogiado
si en un dedo de reina resplandece:
así se traducen tus desvíos
en verdades, y en cosas verdaderas.
¡El lobo a cuánta oveja perdería
si pudiera en oveja transformarse!
¡A cuántos que te admiran tú arruinaras
si de todas tus gracias te valieras¡
Mas no lo hagas, pues te amo de tal suerte
que si eres mío, mío es tu buen nombre.
William Shakespeare.
P&I
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